Pues bien, la "tasa Google" es un nuevo impuesto que pretende gravar a la grandes empresas tecnológicas cuyas actividades se escapan de nuestro marco fiscal. Generalmente, los gigantes como Amazon y Google tributan en un país de la Unión Europea que tiene una menor presión fiscal y el Gobierno quiere recaudar dinero de ellas, estableciendo que tributen donde generan beneficios.
Tal y como se expone en el Anteproyecto de Ley publicado por el Gobierno, su nombre correcto es el de Impuesto sobre actividades digitales para grandes empresas.
Veamos en qué consiste este nuevo impuesto, qué hechos imponibles grava, a quién grava y cual va a ser su base imponible:
El impuesto está dirigido a las grandes empresas que se dediquen a una de estas actividades:
Servicios de publicidad en línea
Servicios de intermediación en línea
Venta de datos recopilados a través de información facilitada por los usuarios.
Es decir, a aquellas empresas que se dediquen a la segmentación de publicidad, en base a datos recopilados previamente y que dirijan la misma a usuarios establecidos en el territorio español, como pueden ser Uber, Airbnb o Amazon.
Las grandes empresas, según el anteproyecto, son aquellas entidades y personas jurídicas que cumplan con los siguientes requisitos:
Su importe neto de su cifra de negocios en el año natural anterior supere 750 millones de euros.
Que el importe total de sus ingresos derivados de prestaciones de servicios digitales sujetas al impuesto supere 3 millones de euros.
La base imponible de dicho impuesto está constituida por el importe de los ingresos, excluidos el IVA u otros impuestos equivalentes, obtenidos por el contribuyente por cada una de las prestaciones de servicios digitales sujetas al impuesto, realizadas en el territorio español.
Si se trata de prestaciones de servicios digitales entre entidades de un mismo grupo, la base imponible será su valor normal de mercado.
Estas actividades serán gravadas al 3%, que será lo que efectivamente se pague de este impuesto
Este impuesto todavía está en fase de tramitación, el Gobierno lo incluyó en los Presupuestos Generales del Estado, que no contaron con le respaldo del Congreso, y no pudo darle continuidad. Sin embargo, la intención clara del Gobierno es la de aprobarlos a toda costa, pese a que ya Amazon haya expresado que dicho impuesto lo repercutirá a los compradores. Veremos qué pasa.